Últimamente nuestros facebooks están llenos de frase increíblemente motivadoras «lucha por tus sueños», «no te rindas», «tú puedes»… Y el 50% de la población se pregunta: ¿qué sueños?, ¿qué no me rinda con qué?, Sí, sí, yo puedo!, pero, ¿qué puedo?…
En los últimos años han surgido un buen número de motivadores y escritores sobre pensamiento positivo que nos animan a perseguir nuestras metas dándonos consejos muy válidos sobre cómo hacer que nuestro ánimo no decaiga.
Sin embargo, hay millones de humanos con potenciales extraordinarios que no saben hacia donde dirigir su energía. Adultos hartos de su trabajo y adolescentes sin ilusión que no saben cuál es su objetivo en el centro de la diana. No conocen su misión, y están esperando que venga de fuera lo que no adivinan a ver en su interior.

Cada individuo de este mundo es una magnífica fuente de información y conocimiento. Yo digo que tenemos en nosotros todas las respuestas, pero nos falta hacernos las preguntas adecuadas.Los griegos ya lo sabían. La filosofía consiste en hacerse preguntas, eliminar la filosofía de la vida cotidiana es igual a asesinar nuestra esencia. Si no conoces tu esencia vives una vida automática, sin sentido.
Hay que hacer preguntas. Muchas. A los demás y a nosotros mismos. Nos conformarnos con la ignorancia de quienes somos y echar la culpa a la crisis, a los gobiernos, a la lluvia o al barrio donde nací, no ayuda mucho.
Engañarse es fácil, pero la motivación nos exige una dosis extra de verdad para con nosotros mismos. Todos tenemos un propósito, o mejor dicho, muchos.
Nota: NOSCETE IPSUM ‘conócete a ti mismo’ y descubre tu propósito. Atrévete a preguntarte y comenzar a SER, y luego, ya continuamos leyendo a los grandes motivadores…