Infiel es aquel «que no tiene lealtad» ya sea en sus relaciones amistosas, religiosas o románticas. Cuando alguien es infiel, de manera connotativa entendemos que ha habido una mentira. Alguien es desleal cuando oculta su verdadero sentir u obrar, pero si todos fueramos siempre sinceros con nosotros mismos, y por ende con los demás, ¿se producirían adulterios sobre la integridad de una relación?.

Si se produce una infidelidad es porque hay una carencia en la relación, ya sea sexual o afectiva. Esto daría mucho de que hablar, ya que en muchas ocasiones la falta de amor es más una sensación personal que una realidad, así que siendo infiel buscamos valor en vez de amor, satisfacer el ego a través de terceros.
Si en las relaciones amorosas cada uno dijéramos suficientes veces a nuestra pareja lo maravillos@ que es y cuánto le amamos… Si comunicáramos alguna objección afectiva si la tuviésemos para solucionar nuestras necesidades en común… Y, en última instancia, si soltáramos apegos y abandonáramos el barco si es que consideraramos que no hay suficiente amor… Si no hubiese ataduras para con nosotros mismos ¿existiría infidelidad?.
Caemos en la infidelidad cuando no nos somos leales, cuando hacemos aquello que no queremos hacer, cuando utilizamos los vestidos que no nos gustan, y finalmente nuestro yo se desborda. Somos infieles al otro por ser infieles a nosotros mismos. Necesitamos escapar de nuestra pareja porque no somos capaces de expresar lo que queremos y lo que no queremos.
Ójala ser infiel fuera sólo un deseo sexual y no una insatisfacción personal, ójala nunca se nos olvidara decir al de al lado cuánto le amamos a la vez que nos desarrollamos con independencia en nuestro propio espacio vital.
Una vez sabes quien eres y lo que quieres, no te traiciones, no vivas lo que no quieres vivir, así nunca te verás avocado a engañar a nadie, eso sí, habiendo pisoteado antes tu propio ego.
PD. Seamos verdad, es mucho más fácil expresar con naturalidad lo que necesitas que crear una historia que no es tuya.